Al principio, como creo que ya he dicho, solo iba visitando jardines. Aunque si que intercalaba los del este con los del oeste.
Esta vez le toca el turno al jardín del maestro humilde. Un jardín precioso con un lago en medio (como todos), pero rodeado de piedras y habitaciones. Es de los mas bonitos pero la pena es lo de siempre, esos cielos tan blanquecinos e insulsos.
Como esta vez, esta estaba bastante cerca del casco viejo. Cuando acabe, me puse a recorrer sus calles que siempre me parecían muy interesantes. Esta zona estaba a la orilla del rió y todas sus casas daban al rió. Allí fregaban y limpiaban sus ropas, utensilios etc... eso si, el rió de limpio no tenia nada.
Entre esas callejuelas encontré a esta niña, que en cuanto me acerque me hecho una sonrisa.Esta es la primera foto que la saque. Después vino su madre y aunque le pedí permiso para sacarle fotos a la niña, ese instante había pasado pero un par mas ya le hice. Después de unas sonrisas, ya que como no entienden mi idioma parece que sonriendo se arregla todo. Marche mas adelante y me pare para sacar una foto de un puente, cuando vi que la niña me seguía por detrás. Le eche la última sonrisa y seguí mi camino vuelta al hotel.
Aquí hay una cantidad de niños impresionante. Siempre se veían mucho y es de las cosas que me ha dado pena al marchar porque un niño siempre te alegra el día. Por lo menos a mi lo hizo!
Nikon D200/iso 400 / f,4 / s1/50
Sigma 24-70 (f2,8)
-Eres un fotógrafo como la copa de un pino. Esta foto de la niña es de una gran ternura, ademas de buenísima.
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